Para la ciencia, el sexo con robots será tan adictivo como el alcohol
Hay tendencias que a veces pareces no comprenderse y esta es una de ellas: el sexo con muñecas robot llegará a ser tan adictivo como el alcohol.
Sí, así lo asegura el psicoterapeuta, doctor Thaddeus Birchard y lo dio a conocer en una entrevista al Daily Star Online. Para los fabricantes de muñecos sexuales, estos objetos pueden ayudar a los matrimonios con problemas y a los hombres inseguros y minusválidos. Pero el especialista afirma cree que juguetes de ese tipo con inteligencia artificial se convierten en una vía más para satisfacer la compulsión de los adictos al sexo.
Birchard dijo que «cumplen la misma función que el alcohol para los bebedores compulsivos, una forma de escapar de sí mismo… Ese es el aspecto psicológico que está detrás de todo». Considera que se usa al sexo como una droga para controlar, a menudo inconscientemente, emociones dolorosas y preocupaciones sobre uno mismo.
«Tener una adicción sexual no es una opción, sino una experiencia frecuentemente vergonzosa, difícil y solitaria, tanto para el individuo como para su pareja», afirmó. Según cree, los métodos terapéuticos serán básicamente los mismos que usa con adictos al sexo «natural». En eso basa sus hipótesis.
Por su parte, el experto en robótica Joe Snell afirma que el diseño de las muñecas sexuales con inteligencia artificial les permite acomodar las adicciones de cualquiera. Según cree, es fácil programarlas para satisfacer las fantasías sexuales del dueño, «haciéndolas incluso mejores en el sexo que los seres humanos».
La ciencia contradice y pide «cautela» ante la visión de los fabricantes y promotores de muñecas sexuales robots que se apoyan en la idea de un «sexo seguro» y «con menor riesgo de contraer enfermedades infecciosas».
«Es especulativo decir que el desarrollo del mercado de la robótica sexual va a conducir a un menor riesgo de violencia y de infecciones, o que incrementará la explotación de trabajadores sexuales humanos», afirman investigadores en BMJ Sexual and Reproductive Health. Y siguen la idea de que los robots sexuales podrían empeorar problemas como la disfunción eréctil en aquellos que adictos a esta forma de tener sexo.
Mientras que el doctor Chantal Cox-George, del hospital de la Universidad St. George, y la profesora Susan Bewley, del King’s College de Londres, consideran que hay poca evidencia de que el sexo con máquinas sea beneficioso.
La polémica está abierta y las muñecas robots enfrentan a la ciencia y los fabricantes. Pero, ¿qué opinarán los usuarios de las mismas?